En verano Urtzi me regaló la maqueta de Adarrots, el grupo de su amigo Iñigo, y la verdad es que aunque me gustó mucho, no os lo recomendé porque no tenían página ninguna a la que enlazar.
Ahora se han presentado a un concurso, han creado su web en MySpace y animan a votarles mediante un grupo de Facebook. Un grupo 2.0 como les toca a la mayoría quieran o no.
Y es que Adarrots regala su música, es su forma de darse a conocer y es la forma cada vez más natural de que los grupos, incluyendo la de esos que causan colas cuando venden entradas.
Podéis votarles en esta página, Adarrots en la parte inferior derecha, tal como he hecho yo y volveré a hacer mañana.
Pero no les votéis porque sí; su música me parece bastante innovadora. No suelo tener la oportunidad de escuchar habitualmente esta música que yo defino como Folk Irlandés pero en euskera, aunque seguro que los que sabéis del tema podréis ponerle mil etiquetas diferentes, pero suena fresco.
Hoy jueves sin embargo hablaremos en la mesa de bloggers de Radio Euskadi (a partir de las 18:00) del decálogo del Gobierno Español para «luchar contra la piratería», decálogo que se preocupa de ese puñado de grandes estrellas que en vez de apoyar a los nóveles que crean música sin recursos, animan las fiestas, hacen grupo, aprenden y comparten con el objetivo de disfrutar, y pidiendo una sonrisa y unas cervezas a lo sumo a cambio.
Jorge Campanillas hace una revisión junto con otros colegas abogados sobre el antidecálogo del decálogo (gracias Fernan), como siempre una lección de sabiduría y un embalaje legal a las ideas de compartir que las tengo claras.
Kike encontraba algunas similitudes entre el video de la campaña del Ministerio de Cultura y un video en tono jocoso de The IT-Crowd, sobre todo en el enfoque de campaña último. Vosotros diréis.
uhmm, me gusta esta temática. Yo ya me lo hacía.
Por las canciones que estoy oyendo un grupo que promete de verdad.
A ver si tienen suerte!
Pingback: Aminatou Haidar
Ayer les escuché en Córdoba y son geniales, no les compré el disco porque no llevaba pelas