He aprovechado hoy, mi madre me ha animado encarecidamente a ello 😉 a realizar una limpieza de libros, apuntes, etc… Llevo un tiempo haciéndolo, y me he tenido que enfrentar varias veces al dilema de, qué reciclar y qué conservar.

Finalmente los primeros en caer han sido los de informática, había reciclado la mayoría cuándo acabé la carrera, pero madre mía, qué de libros y apuntes, no querían salir de mi vida, y por fin todos han acabado en el reciclaje. ¿Por que reciclarlos? Pues porque considero que aunque esos libros pueden aportar, nunca estarán tan actualizados como Internet y en Internet está esa información de informática y muchísimo más.

Los de música y ajedrez se han librado de la quema, me daba más pena reciclarlos, y los que ni por el forro pienso reciclar son los apuntes de EGB que tengo todavía. Tantos recuerdos…

A lo que iba, ¿pero alguien compra enciclopedias hoy en día? Que sentido tiene comprar una información que va a estar desactualizada al momento, y que no tiene posibilidad de subsanación de errores, de nuevas aportaciones, del empuje de una comunidad, de cientos de expertos en diversas materias… Está cambiando el tema, ya no consultas libros de texto para temas técnicos, o no técnicas, tiras de Google, de internet. ¿Nuestros hijos usarán enciclopedias de papel? Lo dudo.

Y es que creo que tanto la SGAE, como los libreros que se quejan porque el Gobierno Vasco da los libros de texto en préstamo, deben cambiar su modelo de negocio, andar espabilados para que no les coman la tostada, como pasa en las empresas tecnológicas.

Lo que no tiene sentido es que la universidad, en el caso de Deusto así me han contado que es amigos que todavía estudian allí, te obliguen a comprarte un portátil, y llevarlo a clase, porque hay cosas que se hacen telemáticamente, pero sin embargo sigue habiendo libros de texto. Además de acarrear con el portátil, a veces más portable que portátil, ¡debes llevarte todos los libros! En finsss.

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